EL ALMANAQUE DE MI PADRE



Un pasado debe ser tan familiar que se lo pueda revivir mecánicamente y tan inesperado que nos sorprenda cada vez que volvamos a él: entonces es apto para la fantasía
.
Cesare Pavese










sábado, 14 de agosto de 2010

Benito Pérez Galdós

A mi padre le gustaba el realismo. En literatura y en la vida. Fantasías, las mínimas. "Realismo mágico para los tontos", decía. "¿Surrealismo? Nah..." La realidad le ofrecía suficientes estímulos, y la literatura realista más. Adoraba a Galdós y a Zola. Recuerdo aquél verano que casi se ventiló los "Episodios Nacionales" entre junio y septiembre. No bromeo, leía a la velocidad de la luz y los tomos iban cayendo. Yo no daba crédito del ritmo de lectura. Y luego hablaba con mi madre al respecto, porque ella también se enganchó a Galdós, claro, y entre los dos repasando la historia de España. Genial. Hoy empiezo a leer a Zola, algo que me han regalado y que tengo muchas ganas de disfrutar. "Roma", casi ochocientas páginas. Verano, here I go!