EL ALMANAQUE DE MI PADRE



Un pasado debe ser tan familiar que se lo pueda revivir mecánicamente y tan inesperado que nos sorprenda cada vez que volvamos a él: entonces es apto para la fantasía
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Cesare Pavese










domingo, 2 de enero de 2011


Recuerdo una tarde en la que, hurgando entre los álbumes de cromos y revistas antiguas de mi padre encontré unas cartas ensobradas, cartas que inmediatamente le entregué mientras preguntaba qué eran. Tendría yo unos diez u once años aproximadamente.
"Mmm... -dijo después de hojearlas por encima- son cartas de antiguas amigas mías".
Me quedé helado, no entendí nada. ¿Para qué guardar cartas de amores olvidados, relaciones anteriores a la actual, a su esposa, mi madre. No dije nada porque no sabía qué decir.
Él notó mi perplejidad y siguió su "confesión" con sorprendente serenidad.
(Suspiro) "Ay, las cosas podían haber funcionado de otra manera. Las cosas siempre pueden ir de otro modo, ¿no crees?"
"No, no creo" pensé y callé yo. Claro que no crees algo así con once años y una familia feliz, faltaría. Luego te haces mayor y ves las cosas de otro modo. Pero escucharlo con semejante tranquilidad, en directo y de la boca de tu padre, pues es algo realmente extraño y doloroso.

3 comentarios:

  1. yo entiendo ese sentimiento
    me pasó una vez, con una foto..a veces..aún me pasa, cuando la veo...:P



    ara que..hurgar en papeles viejos ..es uno de miss.pasatienpos favoritos..

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  2. Y algún día seremos padres y se lo diremos a nuestros hijos. Es ley de vida.

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