EL ALMANAQUE DE MI PADRE



Un pasado debe ser tan familiar que se lo pueda revivir mecánicamente y tan inesperado que nos sorprenda cada vez que volvamos a él: entonces es apto para la fantasía
.
Cesare Pavese










miércoles, 26 de mayo de 2010

Es algo después cuando uno empieza a darse cuenta de la inutilidad de alejarse de aquello que lleva en los genes. Pretender ocultar un carácter, intentar socavar una actitud, demoler unos tics. Todos hemos querido evitar parecernos a nuestros progenitores en algún momento. Pobres ingenuos. Lo que está en la sangre, permanece.

Libros que uno lee cuando cree que odia -y no tiene la más mínima posibilidad- a sus padres, a ambos o por separado:

“Carta al padre”, de Franz Kafka
“Pierre o las ambigüedades”, de Herman Melville
“Hamlet”, de un tal William
“Tú llevas mi nombre”, de Norbert y Stephan Lebert
“Te joden vivo”, de Oliver James
“Vida de este chico”, Tobias Wolff
Toda la obra de Patrick Modiano
“Solo en el mundo”, Hisham Matar
“El extranjero”, de Albert Camus
“El libro de mi padre”, de Urs Widmer
“Fun Home”, de Alison Bechdel
“Al almanaque de mi padre” y casi toda la obra de Jiro Taniguchi
Y muchos más que ya saldrán.

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