EL ALMANAQUE DE MI PADRE



Un pasado debe ser tan familiar que se lo pueda revivir mecánicamente y tan inesperado que nos sorprenda cada vez que volvamos a él: entonces es apto para la fantasía
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Cesare Pavese










miércoles, 12 de mayo de 2010

Es curioso cómo la vida te guiña el ojo.
Las siglas de mi padre son R.B.A., y esas son las siglas de la empresa donde trabajé tres años ciertamente extraños emocionalmente. Tres años después de su muerte. Luego me entero que el primer cliente de mi padre vivía en la misma calle donde vivo ahora mismo. Una calle a la que mi padre le tenía un especial cariño, por aquello de la suerte y tal.
Pero esto es sólo el principio, claro. Si empiezo a rascar, aparecen coincidencias, puntos de unión y nexos varios que otro día comentaré.

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