Algo no va bien cuando llegas una noche a casa, tambaleándote como un cosaco, buscando la llave, buscando la puerta y, de repente, ves a tu padre durmiendo la mona en el rellano.
Mi tendencia a la autodestrucción es hereditaria, pero tengo la grandiosa suerte de tener un cuerpo intolerante a casi todo lo malo. Gracias, gracias, gracias.
Mi tendencia a la autodestrucción es hereditaria, pero tengo la grandiosa suerte de tener un cuerpo intolerante a casi todo lo malo. Gracias, gracias, gracias.
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